viernes, 12 de septiembre de 2008

POEMA INÉDITO DEDICADO A TUÑÓN

                            RAÚL GONZALEZ TUÑÓN

 

Para nosotros fue Raúl, Juancito Caminador por siempre. Joven como nosotros lo éramos

entonces, poeta como nadie. Lúcido frecuentador del entresueño. Camarada tenaz de la

esperanza. Camarada Tuñón, como él se designó. Para nosotros maestro, amigo, hermano,

compinche de impensadas correrías por regiones azules.                          

Nos enseñó la rosa de los vientos, el otro lado de la estrella, la luna con gatillo, la aventura

del hombre por ser hombre.  Cuando blindó la rosa, enarboló su fuego y derramó su poesía.

 

Un día, con su mano en nuestro hombro, nos señaló la ruta sin mentiras por donde va el

destino de los pueblos, la milicia poética al servicio del hombre. Y con él entendimos la

realidad y el sueño, la magia y la osadía, la odisea del canto insobornable.         

                                                                                  

Lleno de luz, de amor, de mundo, él fue aquel "violín del diablo" y el clown funambulesco                  

vagando por el bajo entre turbios barracones. Y el soñado París que nos alucinó desde su

asombro. Y fue los horizontes vastos y dolidos de un país que era nuestro y nos robaban.

Fue los mineros de Asturias, España(la República) desangrándose erguida.

Fue el solidario gesto contra toda injusticia, el canto por Moscú y sus abedules, su Coral

Corea, las viejas catedrales de Europa milenaria, la veleta y la antena, su barrio Once surero

Y aquel tango bailado en la vereda.

 

Ahora lo recuerdo como aquella tarde, llegando a su modesta casa de la calle Amenábar.

Pobre y de a pié, iluminado y mágico. Con mucho mundo y poca plata. Con su fe santa  en

la Revolución. Llegando para reencontrarse con títeres y postales de lejanos países, con

cajitas de música y el barquito en la botella, con su compañera Nélida. Para traerme, junto

con su saludo, la voz de otro poeta nuevo que le arrimó otra metáfora feliz, el vaticinio del

triunfo de una distante causa popular...Y la cáustica piedad por los se sonrojaban ante una

poesía gestada entre el tumulto.

Por él, sin duda, fuimos un poco más poetas y jóvenes como él por mucho tiempo.

Fuimos un poco menos "nadie", más fieles y jugados por la causa del hombre.

Y aquel grupo "El Pan Duro", que fue nuestra fragua y que también fue un poco suyo,

repartió más sus migas(como semillas ágiles) y acometió distancias.

Por él no le temimos al complot del silencio y aprendimos que el rumor de la gente suele

gestar sonidos entrañables que nunca dejan de poblarnos.

¡Salud Raúl, Juancito Caminador, eterno habitante del país del futuro!

El alba que ya entonces presagiabas está más cerca, a pesar de todo.Y tiene más sentido

la poesía que viviste, escribiste y sembraste como una flor inextinguible

Cada poema tuyo es una llama más, una rosa de fuego derramada, un vendaval de polen.

Un viento de banderas...Raúl González Tuñón...Juancito Caminador...Raúl para nosotros.

Jóven como la aurora. Vivo como las esperanzas de tu pueblo. ¡Poeta como nadie!

…¡Maestro y hermano de nuestros balbuceos más puros…!

                                                                                                                    Héctor Negro

 

 

Los pobres diablos

Los pobres diablos alzan su osamenta burlada
y tantean su resto de esperanza raída.
Mascullan como siempre,
se interrogan el hueco de los ojos,
la sal que no han llorado.
Miden en sus rodillas un silencio rebelde,
esconden con verguenza la traición que les duele.
 
Van destruyendo, construyendo, acaso en ellos mismos.
Trepan por costuras de niebla y celosamente arrojan
los escombros a un lado de sus suelas gastadas.
Aman furiosamente, agobian
la impavidez de un Dios que no eligieron
y custodian sus fuegos en los lentos rincones
donde añoran luciérnagas y árboles de espuma
que en un tiempo sabían crecer en sus axilas.
 
Levantan cementerios de menta donde andan sus
    cenizas,
el desdibujado rostro de las canciones que olvidaron,
sus cansadas cucharas.
Estrellas de hojarasca.
Entierran sus sonidos, estrangulan sus ídolos marchitos
y a veces, cuando se encuentran, después de tanto preguntarse,
sin preguntarse nada sueltan un pájaro a volar,
un muy temido pájaro de angustia y de sed
que suele meter miedo a sus señores y a su dios.
 
Los pobres diablos tienen escondido
tal vez entre terrones de aspirinas, entre libélulas azules
en la raíz del pelo
un gesto modelado con saliva remota
guardado para el día de la justa venganza.
Culminando en el vuelo de una bandada de algas.
Escribiendo en el tiempo con sus corolas ávidas
su condición de hombres.
 
Exactamente de una vez por todas.
 
 
Poema extraído del libro Luz de todos; Héctor Negro, Colección de poesía dirigida por Luis Mangieri LA ROSA BLINDADA, Bs. As., 1965
 
 

domingo, 7 de septiembre de 2008

Guillermo B Harispe

AMIGOS
 
Dejadme andar así:
alucinado,
ciudadano afanoso de milagros,
con el brazo labrador
listo a segar cosechas del asombro;
sabiendo que crece en cualquier sitio
el trigo inesperado,
y climas que verdecen esos grises del tiempo,
esta savia agridulce de los días.
 
Digo que soy remero,
en los abiertos ríos de la vida
desde la lejanía de la infancia ...
Voy cantando feliz,
                            desnudo,
                                         herido,
y me esperan amigos en las costas del ensueño,
con peces azorados que les nadan la sangre.
Y no me siento oscuro.
Y mi voz no está sola.
Se integra fervorosa en su coro rebelde.
Y unos trinos nos llevan hacia la madrugada
laboriosa de pájaros,
con los ojos cavados de esperanza,
dispuestos a morir enamorados...  
 
Poema extraído de: TRINCHERA DEL ASOMBRO, Guillermo B. Harispe, Colección "El pan duro", Nro. 3, Bs. As., 1961

LOS POETAS Y EL TANGO

Por Héctor Negro

 

            El tango, además de haber alcanzado un alto y reconocido nivel poético en sus letras ha sido y es motivo de inspiración y atracción para muchos poetas, nuestros y de otros países. Además, que al aportar su temática, su clima, personajes y protagonistas, su propia mitología, el espíritu y el universo del tango aparecen en innumerables poemas de diferentes procedencias estéticas, aun entre quienes se confiesan decididamente "no tangueros".

 

            Los poetas están ligados a él desde su origen, ya sea exaltándolo o pintando sus ambientes y tipos. Y cobran singular importancia como antecedentes ciertos de la poesía cancionística que el género desarrolla a partir de lo que se denominó la etapa "post-contursiana" (1917). Entretanto que tales antecedentes pueden encontrarse en tres expresiones poéticas bien definidas y diferenciadas: la poesía de Evaristo Carriego, las "Milongas clásicas" de Almafuerte y la poesía popular y espontánea de los payadores urbanos.

 

Asimismo, luego se incorporaron a la peripecia poética del tango, poetas populares que se convirtieron en autores o autores que eran poetas (Contursi, Celedonio Flores, Francisco García Jiménez),dramaturgos y saineteros (José González Castillo, Manuel Romero, Samuel Linnig, Alberto Vaccarezza) y se registraron incursiones de poetas de versos impresos para leer (no autores) como Nicolás Olivari o Fernán Silva Valdés.

 

            Por otra parte, la consolidación del tango-canción (debida fundamentalmente a Carlos  Gardel, prácticamente su inventor junto a Pascual Contursi, (cada uno en lo suyo), atrajo a poetas de diferentes procedencias y orígenes. Y así se enriqueció su caudal literario con nombres como Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo, Alfredo Lepera, Cátulo Castillo, Héctor Pedro Blomberg, José María Contursi, Homero Expósito.,

para nombrar sólo a los más representativos.

 

Igualmente, de forma paralela, fue desarrollándose una producción literaria íntimamente relacionada con el tango, parte de ella influenciando a los propios autores y el resto configurando un vasto territorio poético digno de ser explorado; algo de eso es lo que valdría la pena comenzar a hacer desde aquí (continuando lo que muchos han realizado en este aspecto).A explorar ese territorio que se presenta como verdaderamente incitante, y donde nos encontraremos con nombres como los de Jorge Luis Borges, Raúl González Tuñón, el mismo Evaristo Carriego, José Portogalo,

por citar algunos, más otros contemporáneos que aparecerán en el curso de este trabajo.

 

            Fuera de nuestro país (y no sólo en el Uruguay) también se ha escrito mucho -poéticamente- en relación con el tango y su mundo. Pero esta obra será motivo de otro examen que merecerá que se lo encaré más adelante y oportunamente.

viernes, 5 de septiembre de 2008

POESÍA 2008

SUEÑO ATROZ, SUEÑO AZUL…

 

No sé que vendaval me sorprendió,

azotándome la piel con filos de granizo.

Alcé una rosa y un gorrión que allí cayó.

Desguarnecido y sin sentir el daño que me hizo.

 

Fue una tormenta que llovía en mi esperanza

horadándome los sueños,

un castigo que implacable se ensañaba

con mi intacta fe.

Y allí fue que aguijoneado y sacudido

por un tendal de mordeduras, desperté.

 

Fue todo de a traición.

Hasta la luz ausente puso túneles de sombra.

Y sentí amarras de miedo cuando grité sin voz.

Y manoteé la oscuridad como trompeando las tinieblas.

(Eran palazos de ciego de mi despertar.)

 

Llegué a la puerta y encendí la aurora.

Estaba revestido de hojas frescas.

Fue otra jugada más:

recoger el rocío, revolear

mariposas, ver llegar

el sol nuevo y luego alzar

los restos de esperanza

y tragarme la brisa y avanzar

con la rosa encendida y el gorrión

que se puso a volar.

Como yo, que destruí a la noche y sin pensar

me bebí todo el cielo con los ojos

y me puse a cantar…

 

"Con un incendio de sol

y con mis ganas de cambiar

mi vida y otras vidas,

el mundo cambiará.

 

Tendré a la rosa y al gorrión.

Tendré mis sueños y mi fe.

Tendré la aurora que vendrá

y al hombre justo y la semilla,

conmigo salvaré…"

 

                          Héctor Negro

miércoles, 3 de septiembre de 2008

ASÍ NACIÓ "VIEJO TORTONI"

por Héctor Negro

En el curso de este año cumple 150 años de existencia. Hubo y seguramente habrá muchos actos alusivos y muchas publicaciones se ocuparon y ocuparán de contar su historia y de evocar a los personajes que la fueron haciendo y enriqueciendo. De rememorar acontecimientos y hechos que contribuyeron a construir su leyenda. Yo quise rendirle mi mejor homenaje a este viejo Tortoni, escribiéndole los versos que luego se convirtieron en tango con la música de Eladia Blázquez. Y que muchas voces de cantores y cantantes cantaron y grabaron desde aquel 1979.

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La noche en que volví a ver el Palco ocupado por la orquesta, me pareció recuperar algo de un pasado que no alcancé a vivir, pero que sentía muy mío. Era como si el palco lloviznara recuerdos mientras el tango desgranaba su melodía y su embrujo. Orquesta, cantor, tangos...y la gente en las mesas, como debió de haber sido en otro tiempo.

Después fue en el sótano, que era la famosa "Bodega", con su escenario, su atmósfera especial y su historia. Del asiento de espectador, pasé un día al escenario, a decir mis versos, a presentar a algún músico o cantor...De a poco me fui enterando de pedacitos de su historia: en esa mesita leía poemas Alfonsina Storni cuando en el sótano funcionaba la legendaria "Peña" de Quinquela Martín, a la cual solían concurrir Baldomero Fernández Moreno, Raúl González Tuñón, Carlos de la Púa y otros notables que llenaban de bullicio y poesía el recinto. Hasta allí había llegado una vez, caminando desde la Casa Rosada, el presidente Alvear. Y bajó hasta el sótano atraído por la fama de la "Peña" y sus habitués. Justo cuando leían versos Tuñón y de la Púa...En ese subyugante escenario había cantado Carlos Gardel, había debutado la orquesta de Juan de Dios Filiberto, había actuado Josefine Baker...y muchos nombres relevantes que se sumaban a una lista increíble.

Estuvimos algunos años, con la muchachada de la Revista"Buenos Aires Tango y lo demás", organizando recitales de música, canciones y poesía; presentando libros, discos, espectáculos; lunes a lunes, en noches memorables. Ya había aprendido a descubrir a los duendes del Café y hasta los sentía aletear en las paredes. Arriba y abajo. Esa atmósfera me envolvía y me sentí orgullosamente parte de todo eso. Tanto, que le pedí a Fanego (uno de los dueños), datos, referencias, algunas pequeñas historias que algunos escribieron, testimonios... Un día sentí que era mucho lo que estaba acumulando, vivencial y documentalmente. Mucho lo que el Tortoni me había dado a mí y a Buenos Aires, y mucho lo que nos seguía dando. ¿Qué cosa mejor podría brindarle que un tango? Era cuestión de atreverse. Los versos salieron casi de "un tirón". Fue porque ya "estaban adentro". Tenía muy en claro que había que conjugar su pasado con su presente, lo que había pasado con lo que estaba pasando. Las figuras de ayer con las voces de hoy. Los antiguos fantasmas con los duendes que aún lo habitaban. Cantarle a un lugar que era parte de la historia de la ciudad, pero a la vez un ineludible sitio de su presente. Con historia, pero vivo...Así pudo ser y eso es lo que reflejan los versos. Con todo el sentimiento que se encendía al cantar escribiendo. Pero aún la música no estaba. Pensé inmediatamente en Eladia Blázquez, que siempre me conmovía con algunos de sus temas y que en algún momento me había dicho: "Tenemos que hacer algo juntos". La fui a ver con los versos del tango en el bolsillo y se los mostré sin decirle nada. Le gustaron y por eso me animé a pedirle que les pusiera música. De entrada me dijo que consideraba que había gente más indicada para ese tipo de temas. Me dio nombres, pero no me convenció. Le insistí en que para mí la más indicada era ella. Pude disipar sus dudas, que a mi entender, eran antes que nada producto de su modestia. Le dije que no tenía apuro, ni plazos, que trabajara tranquila. Al cabo de no mucho tiempo me llamó para decirme que tenía lista la 1ra. parte, pero que la segunda (el estribillo) se resistía a salir. Le insistí en que podía esperar todo el tiempo que fuera preciso, que buscara esa esquiva melodía. Cerca de dos meses después hablamos nuevamente y muy desalentada me dijo que estaba estancada, que había intentado varias veces infructuosamente. Me propuso que le diera la 2da. parte a otro compositor, o (si prefería) toda la letra, que no quería demorar mi obra, que ella no se haría ningún problema. Insistí en que no tenía apuro ni plazos, en que ese tango tenía que tener "su" música. En que la buscara por distintos caminos, enfoques, variantes. Agoté mis argumentos para que no desistiera, confiaba en que iba a salir. Hasta le insinué que "rompiera" la estructura original y trabajara puramente con la melodía que le brotara, que luego le acomodaría la letra a la nueva medida y acentuación. Pasó otro algo de tiempo (uno o dos meses) y me llamó para hacerme escuchar una melodía que había nacido para esa "esquiva" 2da., que nada tenía que ver con la medida de la letra original. Y que si llegara a gustarme me obligaría a rehacer los versos de esa parte. Fui lleno de impaciencia y curiosidad, ya que todavía no conocía tampoco la 1ra. y 1ra.Bis. Me anticipó que sobre la melodía de la 2da. había reconstruido unos versos basados en mi texto original. Y que si esa melodía era de mi agrado podría rehacerlos a mi gusto. Se acercó al piano y cantó...Sencillamente me fascinó todo el tratamiento de la obra: 1ra., el nuevo estribillo(2da.), 1ra.Bis, final...Era lo que yo había sentido al abrirle la puerta a la maravillosa posibilidad de "crear" una canción. Le pedí unos segundos, retoqué algunas palabras de los nuevos versos de la 2da. –sólo para decir algunas cosas con mis palabras y mi estilo, ya que la construcción que tenían era perfecta- y le pedí que volviera a cantar todo el tango otra vez según esta "última" versión. Cuando Eladia terminó de hacerlo, "Viejo Tortoni" había nacido...Ya era un tango que sólo aguardaba gargantas para tocar el corazón de la ciudad y de su gente. Y voces, grabaciones y difusión para volar más lejos todavía.

Por suerte los tuvo, y buenos. Lo demás es otra historia. Que continúa...


martes, 2 de septiembre de 2008

Violin y otras cuestiones

Crepúsculo distinto
 
Ha caído el crepúsculo sobre la esquina
donde suelo esperarme con un violín.
(Una muchacha, sola de sonatina,
es en el aire una música gris).
 
Pasan los infaltables pájaros tristes
que el crepúsculo inventa para que a mí...
(Y esa muchacha siempre sola en su música...
Y yo siempre esperándome con un violín...)
 
Pasan los niños, traen sobre la punta
de su alegría risas de ta te tí.
(Pienso que esa muchacha, sola en su música...)
(Pienso en el crepúsculo, juan, mi violín...)
 
Pasan hombres, luchan por su estatura,
por un pan milagroso de porvenir.
(¡Pero, muchacha sola, deja tu música!
¡Pero, juan que me esperas, deja el violín!)
 
La vida es roja como la buena sangre.
Dura y alegre, nunca viste de gris.
Ven, muchacha, he llegado. Caminaremos.
(Deja atrás esa música triste.
Con mi juan, el del triste violín)
 
Poema extraído de Violín y otras cuestiones, Gelman, Juan, Ediciones Gleizer, Buenos Aires, 1956. Fue el primer libro del grupo de poesía El Pan Duro, y sus historia, la de este libro se puede leer en el capítulo 3 del libro de Héctor Negro: LA VERDAD SOBRE EL PAN DURO. Grupo de poesía (1955-1964), Marcelo Héctor Oliveri Editor, Buenos Aires, 2007