RAÚL GONZALEZ TUÑÓN
Para nosotros fue Raúl, Juancito Caminador por siempre. Joven como nosotros lo éramos
entonces, poeta como nadie. Lúcido frecuentador del entresueño. Camarada tenaz de la
esperanza. Camarada Tuñón, como él se designó. Para nosotros maestro, amigo, hermano,
compinche de impensadas correrías por regiones azules.
Nos enseñó la rosa de los vientos, el otro lado de la estrella, la luna con gatillo, la aventura
del hombre por ser hombre. Cuando blindó la rosa, enarboló su fuego y derramó su poesía.
Un día, con su mano en nuestro hombro, nos señaló la ruta sin mentiras por donde va el
destino de los pueblos, la milicia poética al servicio del hombre. Y con él entendimos la
realidad y el sueño, la magia y la osadía, la odisea del canto insobornable.
Lleno de luz, de amor, de mundo, él fue aquel "violín del diablo" y el clown funambulesco
vagando por el bajo entre turbios barracones. Y el soñado París que nos alucinó desde su
asombro. Y fue los horizontes vastos y dolidos de un país que era nuestro y nos robaban.
Fue los mineros de Asturias, España(la República) desangrándose erguida.
Fue el solidario gesto contra toda injusticia, el canto por Moscú y sus abedules, su Coral
Corea, las viejas catedrales de Europa milenaria, la veleta y la antena, su barrio Once surero
Y aquel tango bailado en la vereda.
Ahora lo recuerdo como aquella tarde, llegando a su modesta casa de la calle Amenábar.
Pobre y de a pié, iluminado y mágico. Con mucho mundo y poca plata. Con su fe santa en
la Revolución. Llegando para reencontrarse con títeres y postales de lejanos países, con
cajitas de música y el barquito en la botella, con su compañera Nélida. Para traerme, junto
con su saludo, la voz de otro poeta nuevo que le arrimó otra metáfora feliz, el vaticinio del
triunfo de una distante causa popular...Y la cáustica piedad por los se sonrojaban ante una
poesía gestada entre el tumulto.
Por él, sin duda, fuimos un poco más poetas y jóvenes como él por mucho tiempo.
Fuimos un poco menos "nadie", más fieles y jugados por la causa del hombre.
Y aquel grupo "El Pan Duro", que fue nuestra fragua y que también fue un poco suyo,
repartió más sus migas(como semillas ágiles) y acometió distancias.
Por él no le temimos al complot del silencio y aprendimos que el rumor de la gente suele
gestar sonidos entrañables que nunca dejan de poblarnos.
¡Salud Raúl, Juancito Caminador, eterno habitante del país del futuro!
El alba que ya entonces presagiabas está más cerca, a pesar de todo.Y tiene más sentido
la poesía que viviste, escribiste y sembraste como una flor inextinguible
Cada poema tuyo es una llama más, una rosa de fuego derramada, un vendaval de polen.
Un viento de banderas...Raúl González Tuñón...Juancito Caminador...Raúl para nosotros.
Jóven como la aurora. Vivo como las esperanzas de tu pueblo. ¡Poeta como nadie!
¡Maestro y hermano de nuestros balbuceos más puros
!
Héctor Negro
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