miércoles, 23 de abril de 2008

RESCATE DE LA OBRA POÉTICA DE DAVID ALVAREZ MORGADE

            El lunes 14 de abril en el Salón de los Angelitos de la ACADEMIA NACIONAL DEL TANGO, se presentaron 6 volúmenes que contienen 9 libros de poesía de David Álvarez Morgade, o sea todo lo que se rescató de su obra poética en ocasión de su muerte, acaecida el 13 de agosto de 2002. Una obra prácticamente inédita y desconocida por el público, ya que sólo se tenían noticias de algunas pequeñas ediciones artesanales y de escasa tirada que circularon entre algunos de sus amigos: 1 ó 2 libros a lo sumo. El resto era recordar su voz cuando las decía, reconstruirlas en la memoria, transmitirlas oralmente.

            Gracias a algunos de esos amigos, especialmente uno en particular que no desea ser nombrado, esos poemas se rescataron y cuidaron celosamente hasta hacer posible su edición. Bajo el sello de Editorial Besana y como culminación de un esfuerzo producto de  la amistad y la memoria de quienes lo quisieron y admiraron, han sido editados los siguientes poemarios:

 

            Tomo 1: Sinfonía de arrabal

            Tomo 2 - (Libros 2 y 3 ): Radiante Sinfonía y La cena de los Tigres

            Tomo 3 – (Libros 4 y 5): Sal y fósforos y El Nómade

            Tomo 4- (Libro 6): Alguien espera en el andén

            Tomo 5- (Libros 7 y 8): Poemas de la azotea y Teoría del movimiento

            Tomo 6- (Libro 9): Poemas en movimiento

 

            No dudamos que esta poesía (rescatada del olvido y salvada de su desaparición), es parte de la más importante y conmovedora escrita entre las décadas del 50 y el 80. Y de algún tiempo antes y un tiempo después. Hemos recuperado un inapreciable y valioso testimonio, ahora con la posibilidad de que las nuevas generaciones conozcan esta obra que es de lo más representativo del último medio siglo pasado. La obra de un poeta de altísimo vuelo, que tanto influyó en las generaciones de su época y que – por distintas razones – no había podido ser editada y difundida como en verdad lo merecía.

            Finalmente, que mejor esbozo de la persona y la obra de David que la que nos dejan los editores en la contratapa de estos seis preciados tomos. Dice el texto

 

"David Álvarez Morgade nació en Buenos Aires, el miércoles 5 de marzo de 1922 y falleció en Ingeniero Budge, el martes 13 de agosto de 2002. Vivió ochenta años.

            Era un caminador infatigable de los barrios; porteño de San Telmo, guardaba en el pecho la morriña gallega de sus ancestros, nacida del desarraigo familiar y alimentada con las diferencias que tuvo con la vida.

            Creía en el valor de las palabras y en la libertad, lo cual lo hizo proclive a los desencantos.

            Supo tener amigos; los mismos que le imprimían sus versos de poeta inédito y luego se los compraban, para paliar sus situaciones de necesidad.

            Esos poemas eran los mismos que volvían a sus manos, a integrar el lenguaje circular de la ayuda.

            Esta obra de David lo es también de la gente que lo quiso; la que guardó su voz, algunas fotos y estos versos que fueron conservados y ordenados, concientes de que una producción valiosa corría el riesgo de perderse.

            Por eso se decidió su íntegra publicación en seis tomos"

 

                                                                                                                              (H.N.)                                             

lunes, 21 de abril de 2008

YO SÉ QUE AHORA VENDRÁN CARAS EXTRAÑAS

por Héctor Negro (2005)

 

    No éramos muchos los que allá por los '90 del siglo que pasó, creíamos firmemente y hablábamos de la recuperación del tango, del acercamiento a él de sectores juveniles que contribuirían a revitalizarlo, de un futuro cercano mejor que iría superando su etapa de crisis. Aún recuerdo que en uno de los Festivales de Tango de Granada (España),en un "simposium" que se desarrollaba paralelamente al Festival, con sede en la Universidad de esa ciudad, en el que participaban representantes de nuestro país y de diversos países de Europa y América, fui el único entre los que integrábamos la mesa que se animó a hablar de un "resurgimiento" que ya daba algunas (aunque casi imperceptibles) señales de comenzar a gestarse. Hubo quienes opinaron que mi pronóstico era excesivamente optimista, más producto de mis deseos que de la realidad, aunque me cuidé en advertir que sólo avizoraba algunas señales y perspectivas alentadoras.

    Lentamente mis esperanzadas y certezas comenzaron a hacerse visibles. Siguió creciendo en nuestro país y en el mundo (especialmente en algunos lugares de Europa), un entusiasmo por el baile del tango que ya venía incrementándose desde el triunfo internacional del espectáculo "Tango Argentino". Se multiplicaron los Festivales, los requerimientos de bailarines y músicos de tango desde diferentes países. Muchos músicos jóvenes se interesaron por el tango y se volcaron a él en sus instrumentos. Aumentaron los interesados en estudiar el bandoneón, en aprender a bailar (y por consiguiente los profesores y Academias). Se poblaron de jóvenes algunas "milongas" y ellas mismas se multiplicaron. Creció el interés por estudiar su historia, por escuchar charlas y conferencias, conjuntos y cantores. Aumentaron las Peñas, sus cultores y su público. Aparecieron conjuntos nuevos integrados por jóvenes músicos. De diferente nivel, pero contagiable entusiasmo. Llegó gente que cultivaba hasta entonces otros géneros aparentemente (y seguramente) más comerciales. Se comenzó a incluir al tango en algunas publicidades radiales y televisivas, en "jingles", como fondo de algunas transmisiones deportivas. En los Concursos (que también aumentaron), hubo más obras y entre las obras se advertía la presencia de autores nuevos y también jóvenes, apuntando a temáticas renovadas y perfilando una búsqueda de testimoniar aspectos del tiempo vivido. Todo fue desparejo: cantores, cantantes y conjuntos que se "bancaron" sus grabaciones (buenas, regulares y malas, pero queriendo mostrarse).

    Se hizo creciente, por otra parte, la presencia del tango en la literatura, en el cine y en las artes plásticas y visuales; lo cierto es que lenta pero implacablemente el protagonismo del tango fue haciéndose cada vez más notable sin mucho esfuerzo. El propio periodismo gráfico, siempre tan mezquino para brindarle espacios a las diferentes manifestaciones del género, comenzó a interesarse más por ellas, pues muchos no tuvieron más remedio que no ignorar actuaciones, recitales, grabaciones, publicaciones y otros aconteceres que trascendían por sí mismos. Al compás de todos estos hechos, se consolidaron y crecieron Instituciones (la Academia Nacional del Tango, entre ellas) y centros de estudio y enseñanza (Universidad del Tango, Liceo Superior del Tango y otros). El tango siguió dando muestras de una vitalidad reencauzada.

    Esta nueva situación, de a poco se hizo visible y se convirtió en una realidad ya algo más que deseada, no tardando en concitar el interés de muchos hasta entonces alejados o ajenos al tango y de otros que lo ignoraban y hasta lo menospreciaban o lo seguían con cierta indiferencia y pasiva expectativa. Y comenzaron a acercarse a él, desde sus diferentes quehaceres: músicos, cantantes, bailarines, autores, compositores, comentaristas, ensayistas, productores... Cada uno con lo suyo y con su visión de cómo debía abordarse el fenómeno de la revitalización e inserción del tango en los lugares y públicos aún no conquistados ni seducidos por su misterioso encanto. Aparecieron y siguen apareciendo voces y músicos llegados desde otros géneros, productores y experimentadores de proyectos seudocomerciales (tango-tecno, tango-rock, tango electrónico, tango "queseyo"...).

    Por supuesto que no todo es aceptable ni todo desdeñable en bloque. Hay algo de snobismo, de oportunismo a destiempo, de afán de renovar lo que no se conoce en su esencia; pretendidos "aggiornamientos" que toman sendas extraviadas, letristas que conciben una actualización basada sólo en utilizar términos de última cosecha, revestidos de chafalonía "modernosa" o víctimas de la confusión que se crea entre lo novedoso y lo nuevo, cuando no sazonando sus versos con reiteradas procacidades y previsibles puteadas... En fin, un poco de todo, también algo de buenas intenciones acompañadas de aciertos y a veces con interesantes aportes y valores reconocibles.

    ¿Cuál debe ser la actitud justa de quienes ponderan y aman al género por su excelencia artística y la fidelidad a sus raíces y a su verdadera esencia (que no es estática sino cambiante de acuerdo con los tiempos)? Pues simplemente la búsqueda de la verdad artística sin distorsiones, sin olvidarse de su condición de música, canción y danza popular, auténtica pero no chabacana. Y no alarmarse: Ha de haber sin duda intentos legítimos que contribuyan a su permanente evolución. El tiempo irá decantando y salvando lo perdurable.

    Mientras tanto, cada uno en lo suyo, con actitud abierta pero no cómplice con lo que desvirtúa y distorsiona, deberá recordar y admitir ese sabio verso de Alfredo Lepera que inmortalizara la voz de Carlos Gardel: "Yo sé que ahora vendrán caras extrañas...". Y aceptar que es previsible que sigan viniendo...  algo traerán de positivo.

    La etapa de recuperación está en movimiento, pero aún lejos de haberse concretado totalmente; todos los aportes valiosos seguirán siendo necesarios, como ocurrió en todas las épocas.

viernes, 18 de abril de 2008

CIUDAD FRAGUA

(Apertura al canto)

Ciudad fragua. Ciudad fragua.
Cuanto milagro se quema
al fuego de tu sol
y de tu rabia.

Cuanta esperanza se apaga.

Ciudad fragua. Ciudad fragua.
Cuantas batallas se pierden
al rojo de tu vértigo
que ladra.

Cuantas batallas se ganan.

Cuánta mejilla golpeada.
Cuánto amor envilecido.
Cuanta verdad manoseada.
Cuánta inocencia con frío.

Ciudad pozo. Rancherío.
Luz desigual. Sudestada.
Tus lluvias que se hacen río.
Tus sueños que se hacen nada.

Si el que castiga te salva.
El que aguanta está perdido.
El que tiene es el que manda.
Y el que lucha es el amigo.

Ciudad fragua. Ciudad fragua.
Te pego porque te quiero.
Te canto desde mis llagas.
Y por las tuyas reniego.

Ciudad fragua. Si golpean
la piel del que te sostiene.
Algún día habrá pelea
y verás la que se viene.

Ciudad fragua. Ciudad fragua.
Cuánta hacinada ternura.
Cuánto amor que espera y pasa.
Cuánta injusticia que dura.
.................................................

Ciudad fragua. Ciudad fragua.
Que crezca más el fuego de tu sol,
el de tu rabia.
Y que vengan tormentas
para soltar la savia
que desde el ventarrón
de la liberación
aguarda.
Desde el hombre que grita.
Desde el hombre que calla.
Desde tu corazón
y tu carbón
que por tu luz
estallan.

CIUDAD
FRAGUA
Héctor Negro

Del libro LA CIUDAD INVADIDA (cantos, versos y tangopoemas); ediciones Gente Unida, Buenos Aires, 1975.


CUANDO UNO CANTA

                   (Tango)

 

Uno se da cuenta que no tiene llanto

y se brinda en canto para no llorar.

Y el color del cielo lo provoca tanto,

que con ese canto lo quiere alcanzar.

 

Uno se ve uno, ve al mundo que pasa.

Y por más que abraza, los otros no están.

Porque cada uno se quema en su brasa

y acaso cantando los ha de encontrar.

 

Uno sabe que cantando es más que uno.

Y cantando quiere ser lo que no fue.

Y en el canto está el misterio que a ninguno

le parece que es ajeno, y sabe bien.

Y cantar es un abrazo, un vuelo, un sueño

que se mete en el temblor de los demás.

Y cantando por la vida somos dueños

de esas ganas que tenemos de ser más..

 

Uno tiene miedos, rencores, tristezas.

Tiene una tibieza que le cuesta dar.

Si es que cree mucho, por creer tropieza.

Si no cree en nada, no sabe esperar.

 

Uno es un milagro de cosas que empiezan.

Un candor lejano, un fuego que está.

Una chispa suelta que al barro regresa.

Una voz que reza, que canta y se va.

                                                      Héctor Negro

                                   (Tiene música de Carmen Guzmán)

domingo, 13 de abril de 2008

LOS LETRISTAS Y POETAS QUE MÁS CANTÓ GARDEL

por Héctor Negro

            Entre los indiscutibles méritos que se le han reconocido a Carlos Gardel (fundamentalmente como cantor popular y compositor), es necesario tener muy en cuenta lo que significó también como descubridor e impulsor de poetas y autores en el género del tango-canción que él inauguró con la interpretación de "Mi noche triste", de Samuel Castriota y Pascual Contursi.

            Comenzaremos por aclarar que dada la intención de este trabajo, incluiremos como poetas y letristas a todos los autores de los versos de las canciones de su repertorio, sin establecer aquí diferencias que a veces resultan muy sutiles y otras suman las dos condiciones, agregando además que la calificación de letrista no es de ningún modo peyorativa y que todo poeta de la canción debe ser, inevitablemente, letrista. Y que resulta igualmente meritorio ser un buen letrista o un buen poeta si de canciones se trata. Interesante tema este, merecedor de un tratamiento más extenso y profundo que excede los objetivos de esta nota.

            La nómina de letristas y poetas que consignaremos, es la que surge de la larga lista de obras grabadas por Carlos Gardel, ya que ella ha servido de base a estos resultados. La fuente de información -fundamental entre las consultadas- de la que hemos compaginado los datos que siguen, ha sido el libro de Miguel Angel Morena: "Historia Artística de Carlos Gardel"(Estudio Cronológico), Editorial Freeland, Buenos Aires, 1976.

            Si queremos referirnos a autores "preferidos" por Gardel, corresponde tener en cuenta que más allá de los números fríos pero no tan reñido con éllos, está el favoritismo de la elección del letrista-poeta para un trabajo conjunto y profesional como colaborador de sus canciones y junto a esto también el peso numérico en su repertorio.

            En base a ello no cabe duda que el primer favorito en esta combinación de preferencias resulta ser Alfredo Lepera. Además de ser el autor de las canciones de sus películas y su principal colaborador en sus obras, Alfredo Lepera, con 28 títulos grabados por el "zorzal", sólo es superado por Juan A. Caruso, con 38, e igualado por Eugenio Cárdenas, con 28. Inmediatamente en el recuento, aparece Enrique Cadícamo con 23 temas, seguido por Celedonio Esteban Flores con 21, Francisco García Jimenez con 18, Manuel Romero con 17, Pascual Contursi con 15, Enrique P. Maroni con 14, Alberto Vaccarezza con 13, José Gonzalez Castillo con 11, Alfredo Navarrine, Gabino Coria Peñaloza y Enrique Santos Discépolo con 8, José de Grandis, Armando Taggini y Emilio Fresedo con 7 y Julio Navarrine con 6.  Deliberadamente no hemos incluido en esta lista a José Razzano, que figura en 40 de los títulos grabados por Gardel, porque en la mayoría de ellos interviene como compositor, en otros como adaptador de versos preexistentes y en algunos (sobre todo obras que firman 3 autores)sin que quede muy en claro la característica de su participación.

            También encontramos algunos autores cuyos títulos suman varias unidades, entre ellos, para citar un ejemplo, Enrique Dizeo. Pero lo cierto como apreciación global e interpretación de las preferencias señaladas y de la actitud del "morocho" con las distintas voces poéticas de la canción ciudadana, es que en virtud del repertorio que eligió podemos acceder a un vasto panorama que resulta apasionante explorar.

            Mientras tanto, aguardando otra ocasión para abordar la vastedad de ese panorama, aparece como interesante e ilustrativo este recorrido por la frialdad de las cifras, que nos revela la importancia y el peso de los autores nombrados en esa riquísima etapa de nuestro cancionero popular: es que fueron interpretados y grabados nada menos que por la voz insuperable de Carlos Gardel.

TIEMPO DE DON SEBASTIAN

por Héctor Negro

Destacado e inspirado compositor en el amplio espectro de la música y canción ciudadana, indudablemente ha sido en el tango, la milonga y el vals porteño (además de algunas incursiones por el candombe de Buenos Aires), donde don Sebastián Piana ha brindado el aporte de sus mejores creaciones.

En un momento escribí unos versos con estructura de milonga cantable, dedicados justamente a la milonga, que titulé "Jubileo de la milonga"; era un tríptico cuya segunda parte que abordó el tema de El Renacimiento, dediqué al maestro Piana con el título de "Tiempo de don Sebastián".

Como lo considero un cabal exponente de lo mucho que podría expresar sobre el gran músico que recordamos, transcribo a continuación sus versos: "¿Dónde andaba la milonga?/¿En qué horizonte escondida?/¿En qué boliche rosado?/¿Amagando en qué guarida?// ¿Qué payador la templaba,/volviendo de sobrevida?/Corraloneando crepúsculos./Alzada y adormecida.// Acaso de sonsonete,/tamborileando bordonas./Repitiendo su motivo,/pecando de machacona.// Don Sebastián lo sabía/desde una esquina de Boedo./Sobre su ritmo ensayaba/melodías y fraseos.// Algo de pampa y suburbio,/de compadrada y endecha./Cuando se cruzó el poeta/la milonga estaba hecha.// Milonga pa' recordarte./Para cantar lo que ardía./Para alardear con la copla/y alzarse en la melodía.// Eran de Homero los versos/y Piana en piano ponía/lo que después las guitarras/trasnochaban hasta el día.// Tiempo de don Sebastián,/de milonga renacida./Para que cante el que quiera/cantar milonga por vida.// La hizo canción y con alas./Candombera y danzarina/La metió en los bandoneones/y anduvo patios y esquinas.// Tiempo de don Sebastián./Piana es milonga genuina/Porteña, criolla...¿qué más?/Si es la milonga argentina."

Poco tiempo después, otro milonguero de alma, Osvaldo Avena, le puso música de milonga y con su guitarra y la voz de los cantores la interpretó en distintos escenarios y la llevó al disco. Creo que es uno de los mejores homenajes que pude rendirle al talentoso maestro, además de haber presentado al Directorio de SADAIC, logrando que se aprobara, un proyecto para que se denomine a la Escuela de Música de la Sociedad (hoy Instituto de Formación Autoral), con su prestigioso nombre. Pero su generosidad y bonhomía ya me habían honrado –en los tiempos en que él era profesor de Armonía de la mencionada Escuela-, al solicitarme una letra de milonga con la intención de musicalizarla.

Lleno de sorpresa y perturbado de una inevitable emoción frente a ese gesto, ante esa proposición que yo no me hubiera animado a hacerle jamás por el respeto y admiración que su personalidad me provocaba, sólo le pedí que musicalizara esa letra si consideraba que estaba a la altura de la calidad de su obra. Alguna ráfaga de feliz inspiración me alcanzó –tal vez motorizada por la circunstancia-, porque don Sebastián la aceptó y la milonga nació y fue registrada en SADAIC permaneciendo aún inédita. Sus versos acompañan este texto...