de país que se fue, poco a poco.
Y desgrana una amarga tristeza.
Y no olvida que a veces fue loco.
Usted vio deshacerse en promesas
más de un sueño que pudo haber sido.
Y creyó, con la sana certeza
del que sabe que nunca ha mentido.
Usted vio insolentes riquezas,
despilfarros y brillos ajenos.
Masticando una digna pobreza
que dejaba con chance a los menos.
Usted para el caballo cansado,
desempaca su corto equipaje
y se asombra de lo que ha salvado,
pese a todo, en lo crudo del viaje.
Porque al fin, cuando quiso, no pudo.
Y perdió, por querer o negarse.
Tropezó, se cayó, tuvo nudos.
Pero siempre logró levantarse.
Y vio a tantos caer a su lado.
Disgregarse de crueles maneras.
Vio la muerte rondar su costado.
Vio el exilio, el dolor que doliera.
Vio el país que se fue poco a poco,
que se achica y se va, que lo dejan.
Y en el resto que tiene de loco,
va prendiéndole un fuego a su queja..
Héctor Negro
Poema del libro Gorrión del mundo, Marcelo Héctor Oliveri Editor
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