viernes, 17 de octubre de 2008

El Pirata Cojo contra los chantapufis

A este viejo truhan, capitán, le han venido con cuentos y dimes y diretes sobre ciertos poetitas capilleros que parece que consideran a algunas estructuras poéticas como antiguallas. ¡Qué novedad!. ¡Si ya lo dijo Rimbaud en Cartas de un vidente!, dónde anunciaba la disolución del romanticismo y las reglas fijas en la construcción y creación poética, anunciando un futuro de prosa.

Por otro lado, trepado de un mástil se me ocurre, mientras un áspero viento salino me corta la cara, que para romper y desconocer tales jaulas primero se requiere saber hacer cada uno de los detalles que las conforman: sus remaches, sus listones horizontales y arbotantes góticas o moras; en otras palabras: "sí no sabés escribir un soneto perfecto ¡que me vas a venir a correr conque hay que romper esa estrctura", o que desde una atalaya de cartón te llenes la boca conque eso es viejo y no va más, y por tal motivo hacés poesía con haikus defectuosos, apilados unos sobre otros, mal, como si fueran cajones de naranja. ¡Qué mierda!. ¡Me tomo dos margaritas y un gin frío colgado del trinquete, cabeza arriba, cabeza abajo, y que Moby Dick y tres goletas fantasma me lleven escupiendo espuma por la corriente del golfo!. Es cómo si Picasso se hubiera despachado con el cubismo sin antes hacer mil cuadros bien clasiquitos, peras y retratos.

Entonces digo - aaah !!! ¡cargo el trabuco!: Picasso era creíble en su cubismo y toda su experimentación posterior porque demostró ser una refinado albañil o maestro mayor de obras a la hora de seguir ciertas reglas, y recién luego se divirtió deshaciéndolas, ladrillo por ladrillo, remache por remache. ¿A dónde quiero llegar, yo, este viejo truhan, capitán: a que como dijo Regazzoni: "en el arte se miente mucho" y me parece que estos tipos siquiera pueden hacer una composición de primer grado del tipo Mi mamá me mima o Esta es mi escuela. Este punto me lleva al ya mencionado de la experimentación (y no se porqué se me cruza en mi mente la frase "estos boludos se creen que descubrieron la prosa y el verso libre").

Gilles Deleuze - otro que hay que tomar con pinzas, en especial esa excrecencia, que es la tribu de los "deleuzianos" y ciertos "post-estructuralistas"- diferenciaba en su libro Lógica del sentido lo que llamaba el acontecimiento, como creación de lo nuevo, que se produce en la delgadísima superficie de sentido que recubre las cosas y los fantasmas, cuanto que noción de origen platónico, que era como una especie de copia de la copia, que relampaguea como un rayo negro en las profundidades, sin crear nada, algo así como un irreal que sigue la degradación emanatista de los neoplatónicos Plotino y Proclo.

Pués bien ¿qué hay detrás de todo este palabrerío?, en alguien bastante mal hablado y que está acostumbrado a castigar con cincuenta azotes al primer desdichado que se le cruce: qué los experimentadores de hoy están más cerca de este chisporroteo hecho de nada, como ocurre con los fantasmas, copia de la copia, cada vez más mala, vacía y degradada; muy lejos de la detonación que significa un acontecimiento y su prolongación en el tiempo. Como me decía mi primer oficial, mientras se tambaleaba borracho en una taberna: "Mire, Señor, con todo respeto: un Ulises y Joyce, como acontecimiento, hay uno sólo - disculpenlo, habla y escribe así porque es medio bestia, igual que yo, lo que ya es demasiado -, o se lo prolonga bien o se está robando ¿conocé usted la anécdota de un pintor muy criticado, que se cansó de tanto cascoteo y le puso a un chimpancé un pincel en la mano, y que cuando le mostró el cuadro a unos críticos, de esos que usan nuevos peinados nuevos, estos dijeron que el cuadro era buenísimo, o tal vez la obra de un genio".

Por eso, muchachos, no me jodan con la coartada de que tal cosa es antigua, de que ustedes hacen un juego de experimentación con el lenguaje, etc., etc. Un artista prueba todos los caminos, según el día o el goce que encuentre en cada vía. Hoy el menú es amplio. Así que no me vengan con la novedad de cosas que ya tienen su tiempo, ¡décadas!. Los dadaístas ya desconstruyeron y hasta destruyeron el lenguaje antes de que ustedes nacieran, al punto de quedarse con el balbuceo de un bebé como únicas palabras - DA DA - y hacer recitales de poesía donde sólo se dedicaban a agredir al público, al punto de hecharles sobre sus cabezas olímpicas meadas. Y, por otra parte, como el futuro ya llegó, estas cuestiones no son tan fáciles ni se resuelven con un gesto de afectada autosuficiencia. Así que no se hagan los superados, que de tanto negar la vanguardia y al mismo tiempo postularse como poseedores de la novedad, sin darse cuenta, solitos, - "no te olvides de posar/en la disco o en el bar" - no son más que crotos de retaguardia. Para terminar, les recuerdo otra frase de Regazzoni: "el arte no se enseña".

El Pirata Cojo
Si les gusta o están de acuerdo bien; sino: mene frega !!!

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