De mi próximo libro "Cantaré hasta el fin", extraigo estos versos lunfardos que formarán parte del subtítulo "Rincón lunfardo"
PINTADAS
Las paredes me baten rebeliones que yiran
de revoque en revoque como trazos cabreros.
Que arrojan gritos plenos de bronca contenida
y parecen soltarse cuerpeándolo al silencio.
Son las voces ahogadas por tanto ruido inútil,
que pegan en los ojos y a veces se reviran,
piantando de los muros como pájaros tercos.
Un aletear de letras que de prepo fustigan.
Pintadas de mi barrio, en cachuzos ladrillos.
Aerosol, brocha gorda, alquitrán, carbonilla
Flor de aguante a las lluvias y al tiempo retobado,
con alardes zafados que a más de uno lo estrilan.
Pero también deschavan amores que escabullen
su pasión, que encanutan en breves corazones,
pintados torpemente nombrando una fulana,
o apenas chamuyando la ternura que esconden.
A veces son consignas de una causa, o son curros
que a mi pueblo le venden con labia redentora.
O entripados que rajan de un furor futbolero
que diquea un orgullo que no transa ni en broma.
Los unos y los otros me mueven la sabiola.
Los que pintan de bronca, los que se abren el pecho.
Y los que a Dios lo invocan de la misma manera,
cinchando a la intemperie con su cruz o sus rezos.
Y yo que no me banco la mordaza ni el miedo.
Me doy manija solo, cuando gritan los cercos.
Cuando hablan las paredes de amor o descontento.
Y pintando se sacan fulerías de adentro.
Héctor Negro
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