Maestro de la viola prodigiosa
curtida en la milonga payadora.
Guitarra donde vuelven afanosas,
tus manos, que en sus cuerdas se demoran.
Palermo fue tu orígen, la partida
hacia los rumbos donde te largaste.
Seis cuerdas custodiaron la guarida
del hueco musical que alucinaste.
Soltando tu ritual pajarería:
milongas, tangos nuevos y esa plena
jugada y remozada melodía,
volcaste tu temblor y tu alegría
eterna de crear, mi viejo Avena.
Lo tuyo es otra forma de poesía.
Héctor Negro
miércoles, 5 de marzo de 2008
A OSVALDO AVENA
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2 comentarios:
HOLA HECTOR!!!QUE ALEGRIA REENCONTRARTE AUNQUE SEA EN LA WEB. ESCRIBIME ASI NOS CONECTAMOS.MI MAIL ES
mariadelmarestrella@hotmail.com
UN GRAN ABRAZO DE TU VIEJA AMIGA, MARIA DEL MAR ESTRELLA
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