Ya nos duelen bastantes decepciones
y las cosas que fuimos postergando.
Ya no nos venden humo ni ilusiones
y queremos andar, pero avanzando.
Ya el optimismo baja sus acciones
Cuando entra la razón en la porfía.
Pero la voluntad con sus razones
Empuja siempre y la esperanza espía.
Lo que se llama fe, viene de un fuego
que no se apaga sino que se aviva.
Y aunque vivimos siempre sin sosiego,
sabemos que cinchamos hacia arriba.
Que hay un futuro y que no lo entrego.
Que no estoy solo mientras alguien viva.
Héctor Negro (2009)
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