ESTROFAS PARA SUSANA
Si una estrofa me pide a mí Susana,
lo menos que merece es un soneto,
pensado entre la luz de la mañana,
escrito en el crepúsculo indiscreto.
Se me llena de tangos, de milongas,
de valsecitos tiernos que resbalan.
De ademanes que al canto lo prolongan,
de una garganta que cantó a la mala.
Que se juega pegándole a la muerte
y que embalada contra la mentira,
sabe desenfundar la contrasuerte.
Sabe por Cátulo el hilo que se estira
-la vida misma cuando se hace fuerte –
y que un día se corta y se revira.
Héctor Negro
16/3/08
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