martes, 22 de septiembre de 2015

Poema dedicado por Marta Pizzo a Hector Negro, allá por 2013. El hijo de la autora le puso música y lo anda cantando por alli, con toda su admiración y juventud.

Yo no sé si El Poeta
sabrá que no está solo
cuando cierra la puerta
de su breve jardín.
Cuando solo, en la mesa,
merodee las hojas
que blanquísimas piden
su ternura sin fin.
Yo no sé si El Poeta,
cuando esconda un suspiro
sobre un sueño dormido,
se acordará de mí;
yo lo llevo prendido
con sus mágicas luces
que se encienden, hermosas,
pues con Él aprendí.
Yo no sé si El Poeta
cuando cierra su boca,
cuando guarda el cuaderno,
se podrá imaginar
que su causa dio frutos,
que elevó mi locura,
y esas ganas inquietas
de querer escribir.
Yo no sé si el silencio
que el aplauso le deja
tras servir en bandeja
su poema febril,
le dirá alguna cosa
al sentir de su oído
de lo bueno vivido,
cuando piensa en morir.
Su palabra sencilla
sobrevuela mis pasos,
canta inmensas verdades,
no me deja olvidar.
Porque en cada poema
su verdad se hace abrazo,
me levanta en sus brazos
y me alienta a volar.

1 comentario:

Marta Pizzo dijo...

Con todo nuestro cariño y admiración por un ser de luz, que nos sigue iluminando como siempre lo hizo, con su simpleza y calidez. Un verdadero Maestro que sigue vivo en su magnífica obra.