Un sueño malcrecido
a la orilla del Plata.
Las espaldas de un río
disparándose al cielo.
Un delirio enredado
entre asfalto y premura.
Un aguacero de humo
lloviendo para arriba.
Las madrugadas limpias
de los que la construyen.
Gardel, con su misterio
que se metió en el mito.
Un bandoneón jadeando
desde una desventura.
Los cien barrios. La angustia
borrosa de las noches
caminadas a solas.
Un algo que me habita.
Todo eso más todo
lo que aquí se me escapa.
Eso es Buenos Aires.
La ciudad que inventaron
para que yo naciera,
para que el tango fuera
y después la llevara
a cantar por el mundo.
Héctor Negro
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