viernes, 3 de septiembre de 2010

SALUDANDO A SETIEMBRE

              PRIMAVERA

 

Anda como a babuchas de este aire jubiloso.

Crece en la transparencia, se ilumina.

Descubre otro celeste, huele a distancia limpia.

 

Torna en revuelo y en jardín.

Endulza atardeceres, amanece en semillas.

 

Se mete por ventanas y en ojales.

Es una flor en un vaso en la oficina.

Viene brincando en llama de muchacha,

En rama de retoño y luz de polen.

Es abeja, gorriona, piel cachorra.

Revolotea, zumba, se enardece.

 

En brisas caudalosas atropella neblinas.

Invade los pulmones

y llega su respiración hasta los ojos

descendiendo colores.

 

Me toca, me acaricia, me subleva.

Y quiero enamorarme hasta las uñas.

Dejar que me arrebate, celebrarla.

Verla llegar cantando, acariciarla

y que me abrace

total, inapelable, tibia, fresca.

Que llegue desde mí.

Y que todos, con élla, me acompañen.

 

Es antigua y es nueva.

Inevitable y cierta.

Cósmica y muy recóndita

donde golpea la sangre.

 

Salúdenla conmigo.

Súmense a élla, ármense

de su fragante vendaval sonoro,

de su cascada de colores pájaros,

de su rocío enracimado en pétalos.

 

Es élla y llega. Es élla y le llegamos.

Para las próximas tormentas, la necesitaremos.

(Élla es la primavera…). Canten…Canten…

Cantémonos…Es élla.

 

                                       Héctor Negro